LA RECONFIGURACIÓN DE LA PROMOCIÓN ECONÓMICA INTERNACIONAL DE MÉXICO Y
LAS NUEVAS RESPONSABILIDADES DE LA SECRETARÍA DE RELACIONES EXTERIORES
Por Luis Alberto Celis Mejía*
Los objetivos de la actual
administración pública federal en materia de promoción económica internacional
están siendo caracterizadas por una clara reconfiguración en sus propósitos, en
su escala de prioridades, en los actores que en ella intervienen, en sus
beneficiarios, así como en el modus
operandi de las instituciones públicas y de su personal.
En esta reconfiguración, los
objetivos parten de la premisa de replantear los modelos tradicionales de
promoción económica internacional, para orientarse -principalmente- al impulso de
un modelo desarrollo endógeno[1]
que favorezca el crecimiento económico de las micro, pequeñas y medianas
empresas (MiPyMEs), a fin de generar un desarrollo económico centrado en la
competitividad y aprovechamiento de las fortalezas económicas locales
existentes que implica -por un parte- propiciar la integración de la industria
nacional de MiPyMEs en cadenas globales de valor (“CGV”), y -por la otra-
intervenciones de políticas públicas (políticas de desarrollo productivo[2])
que posibiliten el encadenamiento necesario para generar valor y -en
consecuencia- fomentar las exportaciones de estas empresas. Por tanto, el
desarrollo exógeno (cuyo principal componente es la atracción de inversión
extranjera directa), juega una suerte de papel complementario en este modelo
(aunque no por ello menos importante), que servirá para agregar valor a las
actividades de las empresas que se inserten en las CGV, como detonante del
crecimiento económico.
Esta nueva estrategia constituye
la base de lo que se espera de la promoción económica internacional, con sus
consecuentes ajustes y, al mismo tiempo, un desafío[3]
en términos de adaptabilidad por parte de las MiPyMEs, de las instituciones
encargadas de apoyar su desarrollo, y de los funcionarios ejecutores de la
estrategia (quienes enfrentarán una curva de aprendizaje que ya había sido
superada, pero que ahora tendrá que volver a recorrerse). Estos ajustes bien
pueden explicar la desaparición de ProMéxico -la hoy extinta agencia mexicana
encargada de la promoción del comercio y la inversión-, así como la reciente
creación de la Unidad de Inteligencia Económica Global (UIEG), dependiente de
la Secretaria de Economía.
Este desafío, ha derivado en la
suscripción de un Convenio de Colaboración en Materia de Promoción de
Exportaciones y de Atracción de Inversión Extranjera Directa entre la
Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y la Secretaría de Economía (SE), en
enero de este año. En él, se recogen las bases de la colaboración y las
prioridades del nuevo esquema, alineadas con los objetivos fundamentales para instrumentar
la estrategia que el gobierno federal mexicano ha determinado en la materia.
Consecuentemente, habrá que emprender dos acciones principales: redistribuir
las funciones propias de ProMéxico y dotar a los miembros del Servicio Exterior
Mexicano (quienes seremos los encargados de ejecutar la estrategia de promoción
económica internacional) de la capacitación necesaria en la materia, de forma
tal que su ejecución resulte en un ejercicio ejemplar y productivo, de acuerdo
con los estándares internacionales comúnmente aceptados[4].
El referido convenio recoge los
siguientes mecanismos de colaboración: 1. La determinación de responsabilidades
tanto para la Secretaría de Economía, como para la Secretaría de Relaciones
Exteriores: 2. La creación de una plataforma digital conjunta de información y
bases de datos: 3. El diseño y comunicación precisa de lineamientos a seguir en
la materia, y; 4. Disposiciones jurídicas diversas (terminación,
confidencialidad, et. al.).
Si bien estos mecanismos que
instrumentarán lo dispuesto por el convenio están siendo desarrollados por
ambas dependencias, la UIEG ha presentado ya los cuatro objetivos de la
estrategia de promoción económica internacional y los ha compartido con la SRE:
1. Incremento
del contenido nacional en las exportaciones.
2. Aumento
en la participación de las MiPyMEs en mercados globales.
3. Diversificación
de los productos y mercados de las exportaciones.
4. Atracción
de inversión extranjera de calidad.
Lo anterior, a partir de la
inclusión, diversificación e innovación como ejes transversales de los
objetivos descritos, y fomentando las metodologías participativas: Participación
y Acción para la Competitividad desde Abajo[5]
(PACA).
Teniendo claro lo anterior, conviene
profundizar -aunque de manera breve- en cada uno de los objetivos referidos, sin
soslayar el hecho de que gran parte de esas actividades corresponden a la
Secretaría de Economía –por lo que se refiere a la labor a nivel nacional–, y a
la SRE –por lo que toca a la ejecución a nivel internacional–.
En principio, y por lo que
respecta al incremento del contenido nacional en los productos de exportación,
de lograrse un aumento, ello contribuirá directamente a la incremento de la productividad.
En este entramado, resulta de especial relevancia una combinación de
estrategias que involucran tanto al sector privado (mediante la inserción de
las empresas en las CGV), como al sector público, quien deberá detonar este
crecimiento a partir del desarrollo de políticas de desarrollo productivo que
permitan el diálogo y un entendimiento
profundo entre los sectores productivos a todos los niveles y tiendan al
incremento de la productividad, al aumento en el contenido nacional, a la producción
e incremento de las capacidades con base en la demanda y al alineamiento con
las políticas internas, así como a ajustar el comportamiento organizacional y los procesos de manufactura de
las empresas que aspiren a ser proveedores mundiales de excelencia[6].
Por lo que se refiere a la
integración de las MiPyMEs en las CGV, es necesario desarrollar mecanismos de
articulación en todos los niveles y en todos los sectores, de tal suerte que la
MiPyMEs puedan insertarse en la dinámica de los encadenamientos productivos[7]
e incorporen elementos de innovación[8]
que permitan aumentar su productividad y su competitividad.
En materia de diversificación de
productos y mercados de exportación, debemos reducir la dependencia de los
Estados Unidos de América como principal destino de nuestras exportaciones, a
fin de aprovechar las ventajas que nos brindan mercados con los que, o bien no
se ha tenido relación previa, o bien la relación no está siendo consolidada ni
aprovechada a su máximo potencial. Es así que instrumentos como el Tratado Integral
y Progresivo de Asociación Transpacífico (CPTPP, por sus siglas en inglés), la
renegociación del Acuerdo Global con la Unión Europea hacia el 2020, el
fortalecimiento regional a través de la
Alianza del Pacífico, o el enorme potencial africano en la zona del Magreb (en
materia de exportaciones mexicanas a esa región, e inclusive de atracción de
IED) y Sudáfrica pueden ser la clave para la diversificación y -a su vez- para
la disminución de la dependencia con nuestro vecino del norte[9].
Por otra parte, el mapeo de complejidad
económica de México[10],
así como el estudio de las capacidades productivas nacionales para lograr
productos o servicios que aún no se manufacturan o se proveen -pese a contar
con la CGV adecuada- (como se ejemplifica posteriormente) será fundamental para
lograr ventajas competitivas y diversificar mercados.
En relación con el cuarto
objetivo, se trata no sólo de atraer IED de calidad (entendiendo por ello la
IED productiva y de valor agregado), sino de realizar la promoción adecuada y
necesaria para que esta IED llegue a nuestro país. Es aquí en donde la SRE
tendrá un papel clave, pues de conformidad con la estrategia desarrollada por la
UIEG, es a las Representaciones de México en el Exterior y a los funcionarios
del Servicio Exterior Mexicano a quienes corresponderá el primer contacto con potenciales
inversionistas extranjeros, para luego coordinarse con la UIEG, quien estará a
cargo de la vinculación con los gobiernos estatales, locales y el sector
privado a nivel nacional. Conviene entonces profundizar en aspectos claves de
la IED de calidad que se espera podamos atraer y detonar, como nueva
responsabilidad principal en la materia:
En los pasados 10 años, ProMéxico
generó atracción de IED que derivó en la creación de empleos altamente
calificados y desarrolló un Modelo de Acompañamiento a Compañías
Trasnacionales, el primer modelo mundial de inversión para la exportación
-ahora conocido “I2E” (Investment to
Export). Ambas acciones ameritaron los premios internacionales que la
UNCTAD y el International Trade Center,
respectivamente, le otorgaron en 2012. Ese en este punto en el que deberá
rescatarse la experiencia acumulada de nuestro país en la materia, y minimizar
la curva de aprendizaje que el personal del Servicio Exterior Mexicano habrá de
recorrer en las nuevas responsabilidades que le serán atribuidas.
Será necesario, también,
continuar atrayendo y detonando inversiones productivas en sectores maduros en
los que la industria nacional pueda insertarse con facilidad en las CGV: sector
automotriz, aeroespacial, equipos médicos; a la par de continuar fomentando las
reinversiones (más del 50% de la IED que llega a México proviene de
multinacionales que se encuentran operando en nuestro país desde hace
años).
Ejemplo de lo anterior, y por lo
que se refiere a la atracción de IED de calidad, vale la pena mencionar el caso
de 3M, empresa estadounidense que cuenta con dos Centros de Innovación en
México (Ciudad de México y San Luis Potosí), además de diversas plantas de
producción. A los pocos años de su
apertura, los centros han registrado más de 380 patentes mexicanas, producto de
actividades de investigación y desarrollo (I+D) y han generado numerosos
empleos calificados.
Por otro lado, y por lo que
respecta a las capacidades productivas nacionales y su posible inserción en las
CGV, vale la pena resaltar que contamos con una CGV integrada que nos permitiría
producir buques de carga (entre otros varios ejemplos); sin embargo, no lo
estamos haciendo por diversas razones (infraestructura, conocimientos técnicos,
etc.), aunque contemos con las capacidades productivas necesarias. Ello, a su
vez, genera una evidente fuga de capitales que de otro modo quizá no existiría y
merma el desarrollo de economías de alcance en nuestro país; por ejemplo, en
2013 PEMEX se vio en la necesidad de comprar el Astillero “Hermanos de J.
Barreras” en Galicia, España, ante la falta de astilleros en México que
permitieran la producción y reparación de su flotilla.
En virtud de lo anterior y ante
este nuevo paradigma en materia de promoción económica internacional, queda
claro que un trabajo conjunto, ordenado, y bien concatenado entre la SRE y la SE,
siempre en busca del mejor interés nacional y el bienestar de los mexicanos,
derivará necesariamente en el desarrollo de la industria nacional con enfoque
en las MiPyMEs que detonará su actividad exportadora para lograr una mejora
significativa de las empresas nacionales y de los mexicanos que en ellas
laboran.
La SRE y los miembros del Servicio
Exterior Mexicano tenemos una oportunidad única para contribuir en este
propósito, a la altura de las expectativas que nuestro país exige y merece.
*El autor es fue funcionario de ProMéxico de 2009 a 2013 y se desempeñó, entre otros cargos, como Director para Europa, África y Medio Oriente, en la Unidad de Promoción de Inversiones y Negocios Internacionales de ese organismo. (www.linkedin.com/in/celisluis/). Es además, diplomático del Servicio Exterior Mexicano y Asociado en el Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales.
*El autor es fue funcionario de ProMéxico de 2009 a 2013 y se desempeñó, entre otros cargos, como Director para Europa, África y Medio Oriente, en la Unidad de Promoción de Inversiones y Negocios Internacionales de ese organismo. (www.linkedin.com/in/celisluis/). Es además, diplomático del Servicio Exterior Mexicano y Asociado en el Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales.
[1]
Así lo considera HARMES (2013), al afirmar que “en el juego de ganar – ganar… [l]os
actores locales deben identificar sus ventajas competitivas y tomar la
inversión extranjera directa como complemento y la inserción en cadenas
globales de valor como oportunidad”.
HARMES-LIEDTKE, Ulrich. “Desarrollo territorial para el sur-sureste de
México” en DUSSEL, Enrique, Cadenas
Globales de Valor: Metodología, Teoría y Debates, UNAM, México, 2018, pp.
149-165.
[2]
GEREFFI, Gary. “Políticas de Desarrollo Productivo y Escalamiento: la necesidad
de vincular empresas, agrupamientos y cadenas de valor” en DUSSEL, Enrique, Cadenas Globales de Valor¸ Metodología,
Teoría y Debates, UNAM, México, 2018
[3]
Se habla de un desafío, pues
nos hemos convertido en el único país de la Organización para la Cooperación y
el Desarrollo Económicos (en adelante “OCDE”) que no cuenta con una agencia de
promoción, y en uno de los únicos países a nivel continental -y mundial-, pese
a que en 2012 fue galardonada en dos ocasiones como la mejor agencia de
promoción de inversiones y luego como la mejor agencia de promoción de
exportaciones. CELIS, Luis Alberto. “El inesperado devenir de una historia de
éxito: ProMéxico” en Opiniones Oportunas,
Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales, México, 2019.
[4] “Investment Promotion
Handbook for Diplomats” en Investment
Advisory Series A, number 6, Naciones Unidas, Nueva York y Ginebra,
2016.
[5] MEYER-STAMMER y HARMES, Ulrich, en DUSSEL,
Enrique, Op. Cit.
[6] DE
LA PEÑA, Ricardo. “How to become a world-class supplier in a
nuthsell”, BixLink, 2018.
[7] TAGLIIONI, Daria, et. al. Making the value chain Works. International Bank for Reconstruction and Development, Washington, 2016.
[8]
Entendida como elemento clave para la internacionalización (sic) de las empresas. FROHMANN, Alicia.
Internacionalización de las pymes (sic),
innovación para exportar. Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(CEPAL), Naciones Unidas, 2016.
[9] DE
LA MORA, Luz María. “La política de comercio exterior de México (2018- 2024)”
en SCHIAVON, Jorge, et. al. “La política exterior de México 2018-2024:
Diagnóstico y propuestas”, CIDE, México, 2018.
[10]
Atlas de complejidad económica. Gobierno de México (elaborado por la
Universidad de Harvard, el Centro de Investigación y Docencia Económicas en
conjunto con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público). 2018 con datos de
2017. Disponible en: https://datos.gob.mx/complejidad/
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