jueves, 17 de noviembre de 2022

III. Mi overol | Memorias del Cuauhtémoc

 17 de noviembre


El mareo va bien. De hecho no he tenido ninguno, aunque también es cierto que el barco va muy estable y eso se debe a la parsimonia de estas aguas, que no creí que fueran así . No sé si fue el kit antimareo que amablemente me cedió Carlos o a que el barco ha estado relativamente tranquilo. En cualquier caso no he tenido ni el más mínimo indicio de malestar a bordo. Lo único es que luego de unas picaditas veracruzanas tras la actividades de madrugada a las 5:30 am para desamadrinarnos (soltarnos)  del buque tanque que nos abasteció de combustible, las agruras hicieron de las suyas, pero el placer valió la pena.


Me entregaron mi ropa y aproveché que hoy es miércoles de descanso (como si fuera domingo) para acomodar mi camarote y dejarlo impoluto, como me gusta. 


Aproveché también para preparar algunos pequeños detalles para las personas que han tenido alguna atención conmigo (que han sido varias) o bien para aquellas que podría necesitar en algún momento. Son gestos apreciados… Un dulce, una sagrada coca-Cola, un cigarro, etc. Ahora entiendo por qué en el ámbito castrense los regalos son tan valorados y se utilizan con frecuencia. Toda proporción guardada, estar aislado en un barco en medio del Golfo Pérsico, sin escapatoria, y tener que generar relaciones a bordo, supongo que se asemeja de algún modo a una prisión en donde los artículos escasos de los que se dispone, pueden ser un buen aliado para generar simpatías(o desprecios si no se tienen monedas de cambio). Menos mal que venía preparado con muchos dulces mexicanos, unas 15 cajetillas de cigarros (que no he ocupado porque llevo días sin fumar) y algunos detallitos.  


También es cierto que hoy, por primera vez en mucho tiempo, disfruté de mi soledad y quise pasar tiempo conmigo, en mi camarote, haciendo mis cosas y sin convivir con nadie. Esto no sucedía desde hace muchos años, pues soy tan social que se me había olvidado convivir conmigo y soportarme a mi solito. Lo disfruté mucho. 


El primer regalo se lo hice a mi compañero de camarote, quien ha sido un caballero. Me ha ofrecido 20 veces que cualquier cosa que necesite me apoye en él y, cómo lo siento sincero, no he necesitado nada pero encuentro necesario fortalecer esta relación de confianza y amistad. Me ofrece su apoyo para todo. 


Me dieron antier mi overol. Pero a diferencia de todos, el mío no tiene ningún manguito, es decir, no tiene ninguna insignia ni bandera, ni mi apellido, ni nada. Es normal, porque no soy marino pero sí que soy personal oficial y vengo en misión diplomática. Ninguna estampita hace lucir mi overol, lo cual lo hace ver bastante triste.  Ayer me dijo una oficial que me debía doblar el cuello y unos cadetes me dijeron que me conseguirían un manguito, una bandera o algo (no puedo portar otra insignia porque no pertenezco a la Armada).


Para mi sorpresa, un destacado tripulante (quizás el más destacado de todos) en algún momento se acercó y me regaló la bandera mexicana para colocármela en mi overol. No puedo describir el gusto que sentí cuando me la dio y le pedí que fuera él mismo quien me la pusiera. Jamás pensé que un insignificante manguito tendría tanta relevancia para mí y sería la impronta que con más orgullo portaría. Lo agradecí de nuevo. El oficial es amable y desde Cádiz congeniamos bien. Nos encontramos en Dubái y lo invité a la primera fila del concierto que dio la Sonora Santanera. Bailó con la Subsecretaria y con la Embajadora y por sugerencia mía fue a la cena con el Gobernador de Hidalgo.


Joaco me mandó una nota de voz… siempre me pone de buenas escucharle. Sergio me habló del ancla y sonó convincente, me tendrá que amarrar a tierra. Paul ni sus luces pero Raúl sí dio señales de vida. Michelle me hizo videollamada sin saber que no la podría tomar.


Son las 12:47 y el internet no me deja mandar mi reporte oficial. Mientas se enviaba redacté esta memoria personal de hoy. La estoy terminando y sigue sin mandarse el oficial. Al menos acabé ésta…. 


Ah, por cierto. Hay un fantasma en el barco. Pero de eso hablaré mañana. 

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